Nacido en Vitoria-Gasteiz en 1999, Pablo Urrutia proviene de una familia con un profundo legado artístico y una notable relevancia en el arte vasco. Desde temprana edad, el dibujo ha sido una constante en su vida, plasmando más bocetos en las mesas del colegio que en sus propios cuadernos.

Pablo siempre supo que su camino profesional estaría ligado al arte, lo que le llevó a cursar estudios universitarios en Iruña, especializándose en el desarrollo de videojuegos. Su habilidad con la escultura, el modelado 3D y el concept art destacó durante este periodo. En 2023, trabajó como ilustrador y especialista en efectos visuales (VFX) para una empresa de proyección de espectáculos en Bulgaria. No obstante, durante esta experiencia descubrió que su verdadera vocación era el mundo del tatuaje.

La libertad artística y la cultura que rodea al tatuaje le resultaron irresistibles. Empezó a tatuar de manera autodidacta, perfeccionando su técnica y estilo hasta que fue acogido por el estudio Tattoo Adicts, donde completó su formación y se convirtió en un miembro valioso de su equipo.

El estilo de Pablo está profundamente influenciado por sus intereses personales: el cine de terror, los videojuegos, la ilustración y el arte oscuro, la fantasía, los elementos orgánicos y la música extrema como el metal. Estos elementos se combinan para crear tatuajes únicos y llenos de carácter.

La familia de Pablo tiene un legado artístico significativo, con esculturas exhibidas en varias universidades de Euskadi, lo que subraya aún más el talento artístico que corre por sus venas. Este trasfondo familiar no solo le ha proporcionado un entorno creativo, sino que también ha sido una fuente constante de inspiración en su carrera.

Con un enfoque autodidacta y una pasión inquebrantable, Pablo ha logrado consolidarse en el mundo del tatuaje, ofreciendo obras que son tanto personales como artísticamente ricas, reflejando su amor por el arte en todas sus formas.